Iniciado por
valeriano367
El año pasado perdí un canario, nacido en mi primera nidada, porque se ahogó en un comedero en el que puse agua. El aprendizaje me costó bien caro (emocionalmente), pero lo aprendí: los comederos sólo son para la comida.
Las rejillas inferiores las sujeto con bridas; cuando las extraigo para la limpieza, rompo la brida y luego pongo otra; no valen casi nada y son muy seguras.
Otro accidente: también el año pasado se me escapó un canario porque abrí la puerta de la jaula para meterle su bañera (estando ésta en el balcón) y aprovechó la ocasión y se escapó. Otra lección: nunca abrir (al menos en mi caso) una puerta estando al aire libre. En este caso tuve más suerte, y tras tres horas escondido tras la cortina, lo pillé dentro de la jaula comiendo, y se la cerré, después de verlo toda la mañana revolotear libremente por los árboles de mi calle.