En casa tuvimos un jilguero durante 16 años. El animal después de tantos años era de lo más dócil, más que algunos canarios incluso. En su vejez ya perdió la visión en un ojo y poco a poco fué desfalleciendo hasta que murió.

Cabe destacar que mi padre lo capturó en la veda estival, con red, aunque por aquel entonces no existían ni licencias ni vedas ni leyes.