Os voy a contar un caso que hace muchos años me ocurrió, por lo menos hace 15-16 años. Tenía (y tiene) un tío mío en su campo una voladera grande, del tamaño quizás de un quiosco de los que tenemos por nuestras ciudades vendiendo prensa o chuches. Ahí había de todo, jilgueros, verdones, verdecillos, pardillos, mixtos hembra que nadie quería, canarios... La cuestión fué que le dió por poner nidos dentro de la voladera y pasto del campo para que lo hicieran -"por si alguna se anima..." me decía. Efectivamente una pareja de canarios hizo una puesta, con tres huevos, todos pisados y todos nacieron.
Me hubiera gustado que vieseis al macho pasarse el día en el posadero más cercano al nido dandole estopa a todo aquel que se acercaba a su nido, fuese el pájaro que fuese, le metía unas broncas del copón hasta que lo echaba, nadie se enfrentaba a él.
Un Domingo antes de irnos justamente y teniendo los pollos 6 días, mi tío entro a ponerle un huevo duro cocido con pan rallado y un par de hojas de lechuga, cuando tuvo tan mala suerte de que al abrir la puerta de la voladera el canario macho estaba en pleno vuelo y cogió el camino directo a la calle, al campo, a la libertad. De hecho, se posó suavemente en un pino no muy alto que habría a unos 50 metros (dentro del terrreno) y se dedicó a piar al menos 1 hora, que fué lo que esperamos sin movernos de allí por si volvía. Pero nada, no se movió ni de rama, y teníamos que irnos para trabajar / estudiar al otro día. Casualmente, el 1 de Mayo (festivo) cayó en Miércoles, por lo que iríamos de nuevo. Le dejamos lleno los alrededores de alpiste y semillas y un tiesto con agua, por si se quedaba no muriese de hambre.
Cual fué nuestra sorpresa cuando llegamos ese Miércoles después de más de dos días de libertad y el canario seguía allí, y no solo eso, picaba y picaba en las semillas que le dejamos y se las daba a la hembra por la alambrada cuando ésta salía del nido. Se posaba en una cuerda de tendedero que había al lado a esperar que la hembra saliese para darle lo que había conseguido por fuera. era alucinante.
Conseguimos cogerlo simplemente metiendo alpiste una buena cantidad en una jaula que no era ni de trampa, cuando entró nos acercamos cerrando la puerta, no tenía intención de huir, no se fué porque no quiso, ni se perdió ni se desorientó y sobretodo, siguió haciendo lo imposible por ayudar a esas crías a salir adelante.
El canario era verde, con dos plumas blancas en la cola, por lo que imagino pasó más desapercibido para los depredadores que si hubiera sido de color.
Nunca olvidaré esa anécdota.